Cada vez que escucho alguna de las melodías que me gustan mis pies se mueven solos, no puedo evitar ese acto reflejo de bailar al son de las ondas sonoras. Si bien es cierto que mi técnica de baile aún no es refinada, trato de poner todo el sentimiento y la emoción que pueda al dar las patadas y movimientos de brazos. Al fin y al cabo soy miembro de la única especie musical del planeta (por supuesto no cuento los chillidos, graznidos, gritos de los pájaros, que no pueden considerarse seriamente música). Mis papis están comenzando a juntar hits para mi discoteca, se que hay algunos que son grandes éxitos y otros que son versiones para gente de mi generación de canciones muuuuuy antiguas, de la época de cuando no existía Internet, la tv era blanco y negro, los celulares solo existían en el Super Agente 86.
No hay comentarios:
Publicar un comentario